Carteles
Si en la serie “Avatares” los artífices son el tiempo y los elementos, en “Carteles”, hay que sumar a estos, la mano del hombre que, de una manera inconsciente e involuntaria, va dando forma a la obra.
La transgresión y la falta de civismo se convierten, a través de una secuencia de actos sociales, en creatividad.
- primera acción
Los carteles de todo tipo invaden los espacios públicos y privados. La primera transgresión se produce cuando, por regla general, se colocan el lugares donde, de forma paradójica, un cartel prohíbe poner carteles.
- segunda acción
A continuación, en un acto de total desprecio e insolidaridad profesional, un nuevo cartel tapa el anterior en una secuencia que se repite hasta el infinito.
- tercera acción
Mientras tanto la gente pasa, arranca trozos de los carteles, dibuja en ellos, escriben su nombre, hacen sus necesidades, etc.
De esta manera las capas de carteles acumulados unos encima de otros pueden alcanzar grosores verdaderamente sorprendentes a la vez que van formando imágenes enigmáticas y de una plasticidad extraordinaria.
- cuarta acción (Quizás la más delicada y creativa)
Las brigadas de limpieza enchufan sus mangueras a presión despegando y seccionando las capas acumuladas, dando el último retoque a mano, con una espátula. En esta fase es cuando la obra alcanza su máxima sutileza, ya que por causas que se desconocen, casi nunca despejan la totalidad de la superficie a limpiar.
Estas cuatro acciones se repiten continuamente día tras día, mes tras mes, año tras año y en cualquier momento del proceso se pueden apreciar imágenes de verdadera fuerza y colorido.
- conclusión
Imágenes, que manifiestan el constante proceso de bombardeo publicitario al que nos somete esta sociedad de consumismo salvaje, surgidas de una acción conjunta, aunque involuntaria, y que nos acompañan a lo largo de nuestro quehacer cotidiano formando parte de la estética de la ciudad.